Censura, esa peligrosa palabra
Desde un punto de vista general, podemos definir la censura como un mecanismo usado para prohibir cualquier manifestación artística o de opinión, ya sea un libro, un cuadro, o un simple ocmentario durante una conversación. La censura se suele usar mayoritariamente en regímenes absolutistas o dictatoriales, para prohibir la circulación de ciertas informaciones o contenidos entre la población. Un ejemplo de lo que fue la censura, en su mayor expresión, fue Thomas Mann, hombre cuya foto encabeza este comentario, y que tuvo que sufrir la persecución del régimen nazi por su miltancia activa contra susodicho régimen, que le llevó incluso a exiliarse a Estados Unidos para poder seguir con vida.
Muchos españoles han sufrido la censura institucional en alguna ocasión, sobre todo durante la dictadura franquista, en la que había órganos especializados en censurar todo tipo de contenidos, pudiendo llegar en su afán a decisiones totalmente absurdas y carentes de sentido. En la actualidad, con la llegada de la democracia, se prohibió la censura, en tanto, coerción de la libertad de expresión, una de las máximas libertades absolutas de las que debe gozar cualquier ciudadano. No obstante, la censura puede llegar no sólo desde el gobierno, sino desde algunas organizaciones o colectivos especialmente poderosos - a mi mente acude la imagen de la Iglesia y del famoso Il braghettone, artista que, por orden del Papa se vio obligado a pintar sobre los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina unos taparrabos para ocultar la desnudez original de las figuras ideadas por el gran artista italiano -. La censura es justificada casi siempre, en estos casos, en un motivo ético, basado en los valores morales de la organización que la lleva a cabo, llámese como se llame.
Toda esta parrafada viene al caso porque de un tiempo a esta parte, no sé si os habéis dado cuenta, en ciertos blogs alojados en blogspot han aparecido como una especie de banderas, que son indicativas de que el contenido del susodicho blog no se ajusta a unos determinados valores éticos y morales adecuados para el lector. En mi blog figura el susodicho símbolo, cosa que no acabo de entender, pues no veo qué contenidos hay entre estas líneas que puedan ser ética o moralmente reprobables, más allá de la simple discrepancia ideológica sobre los temas y argumentaciones que en este blog se tratan. Ignoro si la susodicha banderita trae o traerá consigo alguna consecuencia, pero de momento, yo sigo tranquilo a este respecto, pues no creo que la censura llegue a tal extremo de coartar algo como un blog, manifestación de la libertad de pensamiento y de su expresión en cualquier forma.
Cuidado, que la censura es propia de mentalidades cerradas y autoritarias, y no quisiera que me demostrasen que ni siquiera en Internet se puede opinar libremente. Mañana más