Fenicio institucional

Hace tiempo que vengo leyendo los blogs de mis amistades, y me chocó particularmente que un amigo mío empezase a distinguir clases de fenicios, entendiendo como tales a personas que, de un modo torticero, se aprovechaban de otros para su beneficio económico. A las clases de fenicios que él ya estableció, a mí me gustaría añadir otra, no por evidente menos torticera, que es el fenicio institucional.

Podría entenderse como tal aquél que, aprovechando vacíos legales existentes en una determinada materia, se auto-establece como la competente en ella y se lucra por igual motivo. El caso más evidente que a todos nos puede venir a la mente es el de la tan mencionada Sociedad General de Autores y Editores, entidad "sin ánimo de lucro" (según se establece en sus propios estatutos) y que de un tiempo a esta parte se ha hecho famosa por la imposición de cánones por la venta de soportes que, según ellos, usan los piratas para violar los derechos de autor. El asunto no tendría mayores problemas de no ser porque la tan mencionada SGAE, se ha autoimpuesto la tarea de luchar contra la piratería, con medios a todas luces bastante poco populares. Parte dicha SGAE del supuesto que si alguien compra un cd virgen, o un disco duro, es para llenarlo de mp3 o material que supone una violación de los derechos de autor, una presunción "iuris tantum" que es bastante discutible, y que hace que dichos soportes vean revalorizados su precio en el mercado. La guasa del asunto es que dicho canon viene a revertir en las arcas de dicha SGAE, con la excusa de que vuelve a los artistas, en tanto ellos son sus representantes.

No hay que engañarse si digo que el mp3 es la versión moderna de las copias en cintas de cassette que todos hemos hecho o que nos han pasado en algún momento de nuestras vidas. Lo que mosquea a la SGAE es que el mp3 sea tan fácilmente compartible por internet, mediante programas "peer to peer" o similares. Presume también dicha SGAE que si uno tiene un disco en mp3, no lo acabará comprando, lo que es un prejuicio económico para el artista - y yo añado... para el promotor, la productora que, curiosamente, son los que se llevan casi toda la parte del pastel -. Pues bien, huelga decir que para mí esa presunción carece de fundamento, y que si algo tiene el mp3 es la continua expansión de la música, pues hace mucho más fácil que la gente pueda conocer grupos nuevos. En otras palabras, te bajas el disco en mp3 y, si te gusta, te lo acabas comprando. Es una labor de promoción perfecta, casi, es un boca a boca continuo y no exige gastos adicionales en publicidad por parte de la productora. Y es que mucha gente no está dispuesta a gastarse 15 euros - en el mejor de los casos - en un grupo que no conoce para que luego no le acabe gustando.

HAy que dejarse de tonterías, y elaborar leyes que proporcionen herramientas para combatir la piratería, está claro, pero también hacer que la música vuelva a sus autores, y no se quede en manos de unos pocos intermediarios que son los que encarecen el producto para el consumidor final. Sin solucionar esos dos frentes, creo que la música, el cine o cualquier medio de expresión artística perderán la batalla contra la piratería. En definitiva, luchar contra los verdaderos culpables del problema y dejar de criminalizar al pobre consumidor final, o a los inmigrantes que se ven obligados por su situación a vender en el llamado "top manta"

En fin, hasta aquí mi opinión. Mañana más