Unión de intereses monetarios
Dentro de pocas semanas, el 20 de febrero, tendrá lugar en nuestro país el referéndum para ratificar o no la Constitución Europea recientemente aprobada en las instituciones comunitarias por los mandatarios de los países miembros de la CEE. No es mi intención hablar de política en este post, ni mucho menos, pues sé que es un tema controvertido y que puede dar lugar a muchas discusiones; en contra de lo que algunos creen, no me gusta la política, lo que no quiere decir que no tenga ideas políticas. Creo, como la mayoría de la gente en este país, que la política es sinónimo de corrupción cuando se detenta el poder, y de ansia por dententarlo cuando se está en la oposición. En definitiva, poco queda del concepto del político como una profesión noble, al servicio de sus representados - como dirían los revolucionarios franceses del siglo XVIII -; hoy día, el político no vive para el pueblo, sino para sí mismo, y en muy pocas ocasiones desciende al nivel del pueblo para comprobar cuáles son sus necesidades reales.
Todo ésto viene porque llevo unos días pensando en una cosa que me tiene pasmado; y es que, siendo como es la Constitución Europea un reglamento comunitario del más alto orden, y que, por tanto, subordina a los Estados miembros que lo hayan aprobado a obedecerlo, obligándoles a cambiar su ordenamiento interno en todo lo que éste se oponga a esa Constitución Europea, y que, siendo sometida a referéndum por los ciudadanos comunitarios, el que ningún político o persona se haya molestado, hasta la fecha, en explicarnos de qué va, qué explica o qué significa la aprobación de dicha Constitución. Que yo sepa, no ha habido ninguna campaña para hacer que los ciudadanos la conozcan mínimamente, tan sólo hay una campaña publicitaria bastante agresiva donde personajes de relevancia pública salen diciendo lo maravillosa que será esa Constitución. Y es que parece que los políticos piensen que, si los ciudadanos conocemos realmente esa Constitución Europea, no la aprobemos, cosa que, por otro lado, me parece ridícula. Y es que, en el fondo, todo radica en el alejamiento entre el ciudadano, harto de los dirigentes, y el político, que sólo piensa en sí mismo y en sus intereses.
No quiero incitar a nadie a votar en contra de la Constitución Europea, tan sólo hacer una reflexión, y es que yo no votaría ni a favor ni en contra de algo que no conozco. No votemos tan sólo porque nuestro ídolo musical sale diciendo que lo hagamos. Yo, por mi parte, después de haber estudiado Derecho Comunitario, tengo una idea de lo que es el proyecto de Europa que nos quieren meter: una Unión Monetaria - en definitiva, donde priman los intereses económicos -, en detrimento de una Comunidad Europea, donde los valores del Estado social- ayudas a los desamparados, desarrollo de la Seguridad Social, etc- sean los importantes en detrimento de los intereses económicos. Muchas veces creo que soy un utópico, y hago mías las palabras de John Lennon en esa mítica canción, Imagine "You may say I'm a dreamer, but I'm not the only one." (Quizá creas que soy un soñador, pero no soy el único). Esas palabras son más vigentes que nunca... en un mundo donde priman los intereses económicos por encima de la felicidad de las personas. Y es que, en el fondo, lo único que quiero es que los que yo quiero sean felices.
En fin, siento esta parrafada. Mañana más....